Lo mejor:
- Aterrizar en el valle de Katmadú rodeado de montañas con la cordillera del Himalaya dándote la bienvenida, pelos de punta.
- Llegar al amanecer a los pies del Annapurna y sentirte mínima y enorme a la vez.
- La comida, tanto de Katmandú como de los albergues de montaña, deliciosa. (Tenéis que probar el Yak restaurant, Momo hut y Or2k ).
- Visitar Bodhnath, tomarte un Masala chai desde alguna de las terrazas que rodean el templo y apreciarlo desde las alturas.
- Visitar Pashupatinath, el templo hindú más importante de Nepal, y tener una experiencia de otro planeta delante de los ghats funerarios.
- La infinita amabilidad nepalí que teniendo nada, te lo da todo.
- Los barecitos hippies donde tomarte una cerveza a orillas del lago Phewa en Pokhara.
- La cantidad de trekkings que hay para volver a Nepal mil veces.
- Subir al monte Sarangkot en Pokhara para tirarte en parapente o admirar las vistas del valle.
Ghats:
Lo peor:
- La suciedad de las calles y el ruido constante del tráfico en Katmandú.
- La horrible costumbre de escupir con una intensidad (y sonido) tremendos en cualquier esquina y a todas horas.
- El estado en que se han quedado algunos pueblos preciosos como Bhaktapur a causa del terremoto del 2015.
- La penosa situación en la que se encuentran muchos niños y familias en general.
- La cantidad de monos hambrientos y dispuestos a cualquier cosa por un trozo de algo que hay en algunos templos.
- La mala calidad de la ropa de imitación de montaña.
- Los trayectos en bus en los que tienes que hacer actos de fe constantes.
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